Av. Providencia como gran bulevar peatonal en 15 años

La planificación no se hace pensando en la ciudad que tenemos, sino la que tendremos y deseamos tener. Las ciudades se deben pensar hacia el futuro. Y el futuro de Santiago es el inevitable colapso del modo en el que nos transportamos. Cada año aumentamos alrededor de un 5% el parque automotriz. Esto es, cada 15 años duplicamos los automóviles que circulan por las calles. Si vemos tacos hoy, imaginémonos los de 15 años más.

Ante eso, podemos esperar el inevitable colapso vial y ver qué hacemos cuando llegue. Podemos también luchar contra ese futuro e intentar echar abajo casas, edificios y parques para hacer espacio a los automóviles. O podemos guiar la inevitable transición de manera planificada, armónica y con sentido de ciudad. La pregunta, entonces, es ¿cuál es la ciudad que viene y qué podemos hacer hoy para que “llegue mejor”?

Sabemos que no será más la ciudad de y para los automóviles. Simplemente no podrá serlo. Será entonces más concentrada, más densa, con mayores opciones de transporte colectivo, con más uso de bicicletas. Pero principalmente, será la ciudad de los peatones.

La comuna de Santiago nos ha mostrado recientemente el camino de manera valiente: la transición desde calles pensadas para los automóviles, a una variedad de vías peatonales, mixtas y de uso exclusivo para transporte colectivo, a través del “Plan Santiago”. La salida de los estacionamientos en las calles y reducción de pistas para autos, para hacer espacio a peatones, ciclistas y micros. En el caso de Providencia, el camino los últimos años ha sido más tímido: algunas ciclovías que han mejorado la calidad de vida para la minoría que se transporta en bicicletas, permitiendo que más personas puedan usarlas para transportarse, para beneficio de todos, y Orrego Luco como calle semipeatonal, cuyos 230 metros fueron tal vez la mejor obra urbana de la administración de Josefa Errázuriz. Pero ciclovías y 230 metros de calle de buena calidad no es suficiente para 4 años de gestión.

Debemos ser mucho más osados para abrazar mejor la ciudad que se nos viene, aprovechando mejor ese futuro peatonal en torno al gran centro comercial de Providencia, en torno al que se mueven ya cientos de miles de personas al día, que ya cuenta con excelentes accesos vía transporte público y donde existe una enorme oferta de consumo y experiencias tanto de día como de noche.

Por eso proponemos comenzar hoy a transformar a Av. Providencia, entre José Miguel Claro y Tobalaba, para que en 15 años sea un bulevar (semi)peatonal de clase mundial.

¿El camino para lograrlo? Partir por aprovechar el proyecto Alameda-Providencia para llevar todo el transporte colectivo por Av. Nueva Providencia y dejar los automóviles por Providencia. Semipeatonalizar más vías transversales con alto nivel comercial, tanto al norte como al sur de Providencia, como General Flores, Guardia Vieja, Las Urbinas, Santa Magdalena y Hernando de Aguirre, para preparar a los barrios a su transformación de uso, dar espacio para que cafés y locales se tomen los espacios públicos, junto a vendedores en carros acreditados y músicos y artistas con espacios concursados. Todo lo anterior, mientras se amplían lentamente los espacios peatonales en Av. Providencia, primero restando una pista para automóviles, algunos años después otra, mientras se encuentran las mejores soluciones para los accesos para estacionamientos públicos y en edificios, creando pistas especiales y zonas semi peatonales. Probando, testeando de manera que los cambios sean sostenibles, pero con la visión bien puesta en el objetivo de tener el mejor paseo familiar, comercial y de esparcimiento: La Providencia de las Delicias como nuevo polo urbano, funcionando las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Ofreciendo a cada vecino, a cada usuario, a cada visitante, experiencias que los hagan gozar de la ciudad, juntos.

Habrán problemas y mucha oposición. Pero para tener una mejor ciudad, uno debe hacer cambios y poner capital político y convicción en ello. Para despertar del sopor de su inmediatez, lo que Providencia necesita hoy es un gran objetivo para el futuro, un nuevo gran hito, y una hoja de ruta en la que cada paso en el que nos acerquemos a él, estemos construyendo una mejor comuna.